Internet de las Cosas (por sus siglas en inglés: IoT) se refiere a la interconectividad de dispositivos portátiles, máquinas, personas y sensores que comparten información y datos dentro de una red. Las redes IoT se pueden optimizar y mejorar mediante sistemas de aprendizaje profundo. Aprendizaje profundo (Deep learning) es un sistema de inteligencia artificial capaz de realizar un aprendizaje genuino, analizando y organizando datos sin procesar y desorganizados de múltiples fuentes, dirigiendo acciones posteriores y adaptando sus entradas y salidas sin intervención humana. Esta tecnología puede mejorar una red IoT en la toma de decisiones, monitoreo de datos, y solución de problemas, aumentando así su utilidad, incluso en el ámbito de la construcción.
El IoT ya está transformando sectores como la defensa y la atención médica, especialmente en tareas peligrosas, repetitivas o sucias, donde reduce la mano de obra humana. El aprendizaje profundo está mejorando aún más estas aplicaciones, transformando rápidamente industrias y prácticas. Al combinarse, IoT y aprendizaje profundo ofrecen beneficios como:
Aunque la construcción no ha adoptado estas tecnologías al mismo ritmo que otras industrias, IoT y el aprendizaje profundo tienen el potencial real de mejorar la seguridad, eficiencia y rentabilidad en este sector. Expertos coinciden en que estas tecnologías muestran un gran potencial transformador.
Por ejemplo, en la construcción, los dispositivos portátiles que monitorean la ubicación o fatiga de los trabajadores pueden mejorar la seguridad. La integración de sistemas de monitoreo y gestión remotos puede optimizar el intercambio de información y el control de proyectos, especialmente en ubicaciones distantes. Los dispositivos que monitorean el rendimiento o desgaste de equipos pueden ayudar en la logística y prevenir incidentes que afecten la productividad.
Un enfoque clave para los gerentes de construcción es mantener altas tasas de productividad evitando gastos innecesarios. La asimetría informativa, donde la información no llega a tiempo a las partes necesarias, puede provocar retrasos, reducir la seguridad y afectar la productividad. Los sistemas IoT pueden eliminar esta asimetría y aumentar la seguridad del proyecto, previniendo incidentes que podrían alterar los cronogramas y presupuestos.
Las redes IoT y los sistemas de aprendizaje profundo plantean nuevas cuestiones legales. El monitoreo de niveles de fatiga de empleados o contratistas puede mejorar la seguridad, pero el almacenamiento o uso no deseado de estos datos podría violar leyes de privacidad. Los datos recopilados tendrán valor, y será crucial definir y negociar la propiedad o uso de estos datos. También debe considerarse la responsabilidad de la instalación, mantenimiento, uso y eliminación de estos sistemas. Si los sistemas fallan, podrían surgir demandas por negligencia o responsabilidad del producto.
En Estados Unidos, algunas leyes específicas de IoT ya se han desarrollado. Por ejemplo, California adoptó una legislación de privacidad relacionada con dispositivos IoT y el Congreso aprobó la Ley de Mejora de la Ciberseguridad de Internet de las Cosas de 2020. En Canadá, aún no se han promulgado leyes similares.
La rápida innovación en IoT y aprendizaje profundo podría superar la legislación actual y propuesta, no cubriendo todas las posibles ramificaciones legales.
La innovación en IoT y el aprendizaje profundo se acelerará, con dispositivos más pequeños, baratos y frecuentes, y redes más inteligentes y capaces. Esta convergencia tecnológica creará disrupción. Su adopción efectiva por parte de las primeras empresas podría llevar a que los clientes lo exijan. Para mitigar y adaptarse a esta disrupción, las empresas de construcción, proveedores, reguladores y propietarios de IoT deben adoptar enfoques flexibles y creativos para evaluar riesgos y maximizar el valor. Esto requerirá la participación temprana de asesores legales experimentados y la disposición para considerar acuerdos legales innovadores.
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